domingo, 31 de marzo de 2013

EL CIRCO ASESINO


Esta historia que os voy a contar está basada en hechos de la imaginación de un pajero.
Sucedido sobre los años ochenta, donde ocurre en un barrio llamado el Embudo, este barrio era tranquilo, ya que la mayoría de la gente estaba en el mar pecando, porque era una factor económico importante, ya que tenían al lado el mar.



En el Embudo había una familia donde había una madre llamada Carmen, un padre que se llamaba Richard y dos hijos, el mayor se llamaba Santiago que tenía 16 años  y el menor que se llamaba Marcos que tenía 12 años, esta familia era pobre ya que solo trabajaba el padre de pescador, Carmen era la ama de casa que se encargaba de cocinar y cuidar de Santiago y Marcos.



Un día soleado vino un circo al barrio para quedarse dos semanas, este circo se llamaba “Las Américas” y era un circo muy famoso en todo el país ya que sus precios eran muy baratos y hacían actuaciones casi imposible de realizar, desde andar con una bici de una sola rueda por una fina cuerda, hasta conseguir que los tigres formaran una pirámide entre ellos, los espectadores se asuntan mucho porque podía ocurrir cualquier cosa, pero estos eran profesionales. Un grupo de chavales que eran amigos de Marcos, cogían los carteles que colgaban, se colaban en la actuaciones, tiraban piedras a los animales incluso dejaron escapar los avestruces que tenía el circo, uno de los encargados del circo vieron a estos chavales y cogió a cuatros perros de raza rottweiler y estos perros siguieron estos chavales hasta calle bajo hasta cazar a uno de ellos, que por desgracia era Marcos, lo cogieron desde el cuello, apareció el del circo lo cogió de brazos y lo llevo al médico del circo, aunque sabía que el niño estaba muerto, se había ahogado con su propia sangre.



Pasaron cuatro días, Santiago no estaba, estaba de excursión de fin de curso durante una semana, Carmen y Richard estaban preocupados porque su hijo no aparecía, llamaron a la policía y se abrió una investigación, y tras a ver investigado muchos interrogando a sus amigos y a los vecinos que le vieron acabaron hasta el circo, allí se descubrió huesos de humano en la jaula de los tigres, investigaron los restos y descubrieron que esos huesos pertenecían a Marcos, todos los vecinos fueron a protestar sobre lo ocurrido y tomaron la justicia por sus manos, quemaron todas las caravanas, casi matan a unos encargados del circo, estos hicieron la maletas cuanto pudieron y si fueron de ahí corriendo. Desde aquel día el Embudo se convirtió en una barrio intranquilo la gente no vivía segura, ya que tenían aún el miedo en el cuerpo por lo sucedido, la familia de Marcos desde entonces odian a los payasos y a todo lo que relacione al circo.



Se dice que esos huesos fueron enterrados en una colina que había cerca del barrio y que cada vez que viene un circo el espíritu de Marcos aparece lanzando piedras y los carteles misteriosamente desaparecen junto a los animales





martes, 19 de marzo de 2013

¿CÓMO EL LAZARILLO DE TORMES...?






Buenas. Soy Maximiliana Nicolá Peterson. Como quien no quiere la cosa, me termine liando con una señora mayor. Ni Yo misma me lo explico. Jolín . Que en mi propia  casa tengo a una furcia italiana,  ex-militar soviético, monja en busca y captura y a un mafioso ''marijuli''... No tengo palabras para describir la susodicha situación.




Bueno, en realidad estoy mintiendo. Toda esta madre comenzó cuando me licencie en la universidad. Por aquella época del jurásico, Yo vivía con una chica de moral relajada en un apartamento que parecía más un búnker de la ciudad-dormitorio de las afueras de una ciudad de Texas,  de cuyo nombre no logró acordarme. La tía, si no mal recuerdo, cada noche de un viernes cualquiera  venia acompañada por tres o cuatro tíos y se metía en su habitación hasta la mañana siguiente. Yo, en mi ignorancia, pensaba que iban a jugar al mus. Pobre de mí. Descubrí que luego la tía era puta por afición. De eso, que pensaba que le gustaba que le gustaba los juegos de mesa y no la ''otra cosa'', le apoye que siguiera en ello.



Pero no... Cuando me entere todo aquello  , de algún modo me daban ganas de darle una paliza a esa guarra. Meses antes me habían dicho mis compañeros y el portero del edificio que  la mujer con la que Yo vivía era una vulgar meretriz. No les creí en su momento ya que eran simples rumores. Maldita sea... ¿De dónde me vendrás este carácter tan desconfiado? ¡Ah si! ¡De mi madre! Pero esto es otra historia que contar.


 El sitio y el tiempo del lugar del crimen era un sábado a la tarde, que hacía mucho calor. Como en la   ciudad -dormitorio eramos todo titis, decidí abrir la puerta para que corriera un poco el aire. Para mi sorpresa encontré algo mucho peor que un Sol al atardecer. Una visión grotesca para mí. Inhumano  ¡Puagh!  Aunque debo reconocerlo, la chica se lo tomó como un chiste y se río delante mió. No sé que puñetes tiene de gracioso estar en plena orgía y con la cara llena de leche condensada.  El momento del clímax y nunca mejor dicho, fue cuando yo grite que todo el mundo se fuera.  Caras asustada y chillidos de nenas por parte de hombres desnudos fue el divertido resultado.



Y ahora me quedaba sola... con mi víctima. Desde mi punto de vista, la mujer no debía de pasar de los sesenta kilos y no mediría más allá de los 170 centímetros. Pan comido con ketchup y mayonesa. Por Desgracia, en la vida reina la odiosa y arrogante ironía, en la cual mi  víctima se abalanzó sobre mi, me dio  de puñetazos en la barriga hasta decir basta y me dejo tirada en el suelo de madera siendo decorada por mi humor rojizo.


Por la mañana siguiente cuando me desperté , el apartamento se mostró vació. Nada había que ni siquiera decorase la paredes. El lugar estaba como si años anteriores se hubiese montado la fiesta del siglo y después de ello nadie hubiese querido limpiar.  Luego recordé lo que había pasado. Seguro que la puta se ha llevado hasta el marco de la puerta. Quería hacer sentir al mundo que ella no hubiese existido nunca. Pues conmigo no funciono precisamente. Cierto fue que  en la noche anterior me dejo con la boca sangrando y con el estomago hecho papilla. Dado a la gravedad de mis heridas, me daba la sensación de que debería estar muerta. Aunque, oye, pude levantarme sin ningún esfuerzo. Lo único que sentía en aquel instante era un sabor metálico en mi boca. Desde aquel día me prometí que nunca más nadie se burlaría de mí.

Debido a este incidente, tuve la necesidad de hacer una denuncia, pero para cuando me quise dar cuenta, supe que no serviría de nada. Aparte de que no conocía el nombre de mi agresora, no tenía un contrato escrito que me defendiese de los abusos mi mi compañera y demás mamad... quiero decir cosas sin importancia, ¿qué iba a quedarme de eso? Nada. Por lo menos la guarrilla rubiales tuvo el detalle de no llevarse mis cosas. Lo malo fue que se llevó el dinero que íbamos a pagar al casero por el alquiler. Zorra de los cojones.



Pero visto lo visto,  tenía que ir a un lugar, por que debajo de un puente ni en broma no iba a vivir. Llamé primero a mi padre. Resultado: estaba de viaje de ''negocios'' con Jorge, su ''amigo''. Par de viciosos. Luego llamé a mi hermano, que me mando a la verga al segundo y me colgó.  Menudos familiares que tengo.
Gastando todo el saldo que tenía en esos dos no hizo que aumentar mi cabreo y  empecé blasfemar contra todo los dioses que se habían inventado. Una monja se dirigió hacía mi persona. Estuve a punto de darle una  hostia si no fuera por que reconocí en ella a mi tía. Sustos y lloridos le siguieron ante mi amenaza.


Yo simplemente me quede paralizada.

To be continued...