viernes, 22 de abril de 2011

CONOCIENDO AL ENEMIGO

Carmen era víctima de todas las malas pasadas que le hacía Randal. Ese muchacho era un estadounidense bastante descarado. Ella le describía  según sus palabras como « una persona de carne, de cerebro de de pecera y más vacío que el propio vacío». Para cualquier chica, este sería un joven con un cuerpo envidiable, ojos azules y un poco superficial.

Se conocieron ambos en la cola del PARO. Al principio , Carmen le tenía a él un poco de recelo e incluso miedo. A lo largo de estos meses , la cosa se ha invertido. La rabia de Carmen la paga siempre con Randal; que siempre era el culpable de sus estallidos. Le divertía que ella siempre se aguantase su cólera y se le pusiese la cara rojísima. Aquello era luchar contra el enemigo, conocer al enemigo, mentarse la madre con el enemigo. Eso sólo  cuando estaban en público.










 En privado, eran buenas las que se liaban. Carmen le solía agarrar del pelo y menarle como un muñeco. A eso Randal no le provocaba ninguna gracia. Pero otras veces eran peores. Varias veces era echarle un ''gotita'' de ácido sulfúrico. Otras era aplanarle como un papel. En esas persecuciones eran chistosas para el que no participa en el.  Randal,a ella le miraba con burla infantil. Carmen lo odiaba a muerte. Su relación parecía de amistad-odio. Nada aparenta lo que es. Si fuera así, Carmen no le salvaría cada dos por tres de las desventuras de este. Le necesitaba. El era el único hombre que no se burlaba de su aspecto frágil. Vale que le chinchaba y que esta era misándrica pero  las pasta cuando se necesita es muy difícil de conseguir. Mantener vivo a un empleado mujeriego y prestamista es una inversión de energía y de dinero bastante apalizante.

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