Dalila sonreía de oreja a oreja. Caminaba dando saltitos.De pronto, Movía todo su cuerpo como si fuese un remolino descontrolado por el pasillo de la oficina . Era fin de mes. Para más de uno significaba que cobraba el sueldo. Pero para Dalila era otra cosa. Era el día que visitaba a jefe y amor : Anthony Harrison Open. A Dalila, este hombre le era un ángel caído del cielo. Sus subordinados lo consideraban un cabrón promiscuo. Quizás era la santa inocencia que Dalila tenía para no ver su verdadera personalidad. Muchas veces se preguntaba que era ese sentimiento hacia su jefe ¡ Era amor! Hoy se iba a declarase a él. Aunque la desgracia de este asunto es ... que Anthony le gusta la tías ''grandes'', rubias y jóvenes. ¡Ay, Dalila! ¡ Quien te viera y te haya visto!
- ¡¡¡JEFEEEEEEEEEEEE, JEEEEEEEEEEEEEEEFEEEEEEEEEEEEEE, JEEEEEEEFEEE!!!- gritaba Dalila enérgicamente
- ¡¡¡QUÉEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!- contestó de igual de fuerte Anthony
- ¡ Jefe! ¿ Ha divina lo que ha pasado?
- ¿Se te ha vuelto ha caer la fotocopiadora del techo?
- Nooooo. Me metí en bolsa a través de Internet y he comprobado nuestras acciones.
-¿ Y?
- Han subido el valor de ellas. Cada una ellas valen 160 $.
- ¡¿ Por que no me has avisado antes?!
- Por que las he invertido en una empresa extranjera
-¡¿ Cómo?!
- Las he invertido una empresa llamada Lacasa.
-¿¡ Qué?!
-¡ES UNA EMPRESA DE CHUCHES!
La cara estupefacta de Anthony expresaba su disgusto-sorpresa-rabia. A Dalila marcaba una sonrisa natural. Quería anunciar su amor.
-Y aparte de eso... ¡ Yo le amo!
-¡Dalila, vete a tomar ...!
- ¿ Unheladoconustedpordecirlemiamorausted? - preguntó Dalila rápido.
A continuación, Dalila salió corriendo del por el efecto de que Anthony le arrojaba su impresora a gran velocidad y acabo como de la imagen.
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